Se marchó de casa...
amargado, hundido, sin trabajo, sin dinero...
sólo cogió unas ropas, salió sin rumbo
sin saber donde dirigir sus pasos,
sin saber que hacer... deambuló por las calles solitarias,
tenia frío ¿dónde voy? en un portal se quedó
allí... mal durmió, al despuntar el sol comenzó andar,
le dolían los huesos, el frío... la humedad...
se habian metido en ellos.
Recordaba su cama, su trabajo perdido,
su familia... no tenía ni para café, le dolía el estómago,
lo tenía vacío, todo el día sin comer,
se puso en una esquina a pedir,
la gente pasaba deprisa,
pocas personas reparaban en él...
le daban unos céntimos,
reunió para tomarse un café
jamás le supo tan bueno, jamás...
lo saboreó como aquel día...
así sigue, deambulando de aquí para allá,
come donde le dan, el dinero que recoge
es para vino, le quita el frío, le hace olvidar...
le hace dormir, así un día y otro día.
Recogió un perrito, estaba solo como él...
los dos son compañeros... los dos... se hacen compañía,
él le acaricia, el perro le lame,
mutuamente se buscan, se necesitan, se quieren...
El tiempo pasa... duerme donde puede,
recuerda sus años vividos...
está cansado de su vida errante... solitaria,
sin familia... sucio, desaliñado...
todo le da igual...
el perro y su botella... son sus únicos amigos.
Autora: Lina