¿Cómo es posible que cambien tanto esos hijos que tú has criado y has tenido nueve meses en tus entrañas?, cuando se movían notabas su vida dentro de ti, te cuidabas, todo era poco para que nacieran bien, comprabas la ropita con amor, buscabas lo más bonito y cuando llegabas a casa lo acariciabas como si tu hijo ya estuviera ahí, después lo guardabas en el cajón de los jerséis, los patucos, las camisetitas, los faldones, etc.

Había días que te levantabas mal con mareos, vomitabas, te encontrabas mal, pero todo estaba bien por esa personilla que llevabas dentro de ti, había veces que le hablabas, le decías cosas bonitas, ponías las manos en la tripa para ver como se movía y saber donde tenía el culito, el pie, en fin es como si lo tuvieras en tus brazos sin nacer y ya le conocías, imaginabas como podían ser, no sabías que sexo tenía yo, siempre he deseado varones y eso tuve. Cuando nacían eras la mujer más feliz del mundo, el dolor que habías pasado ya no importaba, les tenías en tus brazos, era un amor infinito el que sentías, les cogías con sumo cuidado para no hacerles daño, le dabas el pecho, le mirabas embobada pensando "¡qué hijo más guapo tengo!" y te imaginabas cosas y cosas, la criatura crecía, te hacía mil trastadas, diabluras y tú reías por las ideas que tenía siendo tan pequeño. Cuando se ponían malitos con fiebre, tos , etc., tú no dormías, siempre pendiente de ellos, tomándoles la temperatura intentando bajársela, poniendo todo tu saber en que se recuperaran, les llevabas a los médicos muchas veces sin motivo, tú les oías toser y te decías... "por si acaso le llevo, no sea que tenga algo".

Te acostabas con ellos, les abrazabas tiernamente como queriendo librarles de todo mal, diciéndoles "eres mío, te quiero mi niño, eres carne de mi carne", le besabas miles de veces.

Sin darte cuenta crecían deprisa, sabías que poco a poco les estabas perdiendo, ya no querían besos delante de sus amigos; de adolescentes intentabas darles esa educación y ellos, a veces, se reían de como eras, cuando algún día venían bebidos tú sufrías, siempre les mirabas los ojos para ver si notabas algo que te dijera que consumían droga o algo que tú tanto temías, esperabas despierta hasta que todos estaban en casa y en cama, entonces respirabas, tenías a tus polluelos alrededor, estaba todo bien.

Llegó la hora de las novias de contarte sus cosas algunos, otros se callaban y lo hacían entre ellos, porque padre si tenían pero como si no, porque algunos no se preocupaban, tú tenías que hacer de madre y padre, si los hijos salen buenos son porque el padre los ha educado bien, si salen mal, es que la madre les ha mimado demasiado y no ha sabido educarlos.

Se les quiere tanto… que das la vida por ellos, se les educa como mejor sabes, les enseñas todo en la vida, les das estudios con mucho esfuerzo, el mérito es de ellos porque si ellos no hubieran sido estudiosos no hubieran llegado a ser nada, los padres solo les ponemos en el camino de conseguir lo que hoy son.

Con el tiempo se olvidan de todo, se olvidan de que quizá te quedaste en la calle con ellos, que no tenías donde refugiarte o que no podías darles de comer, pero luchas por ellos con uñas y dientes, te han dejado en la más completa ruina, el hombre en el que confiabas, su padre, te la ha jugado dejándote con un montón de deudas, tienes que venderlo todo antes de que te lo quiten, y sacas a tus hijos adelante con sacrificio, perdiendo orgullo, posición, pidiendo, trabajando en lo que sea, y cuando te ven desvalida... no sirves, no tienes, parece que sobras en todos los sitios, si pides ayuda son sordos, ciegos, no tienen… tú sabes que sí, pero es mejor callar, porque no quieres oír reproches que no mereces.

Te ven vivir de ayudas y les da igual, lo importante es que no les molestes, tú ya no eres su familia, la familia son su mujer e hijos. Te dicen "gracias por nada", ¿nada si te dan la vida?... te ponen el cuerpo que tienes, les crías con todo el amor del mundo y... ¿no haces nada?

Hay momentos que te quitas el pan de la boca para dárselo a ellos, les compras cosas, para que no les falte de nada, a veces te dicen que eres culpable de todo ¿de qué todo si has sido una mujer maltratada tanto psíquica como físicamente, por estar a su lado?, podías haberles abandonado, pero lo aguantaste todo, los pequeños quizá no lo recuerden o, tal vez, lo tengan olvidado en su subconsciente, pero el mayor sí lo sabe bien porque también lo pasó. Un día cualquiera, ya de mayor, te dice: "que ha buscado un sicario para matarte" ¿cómo te quedas...? petrificada, atontada, te tienen que sujetar porque tú no sabes ni donde estás, te quitan del medio, solo recuerdas su rostro, sus manos muy cerca de tu cara, rodeados de muchas personas y te sientes sola, solo ves sus manos y su cara, esto no se olvida en la vida. ¿Perdonar? sí, a los hijos se les perdona todo, pero no olvidas, no es que no quieras, es… ¡que no puedes! ¿Cómo es posible que sabiéndolo todo lo pague contigo?, ¿que el padre que tanto daño nos hizo quede indemne?... ¿por qué, porque tiene dinero?

Se casan y no te dicen nada, otros creen que eres la madrina y cuando llegas te dicen que no, que te han mantenido engañada hasta ese mismo momento; otros te dicen que eres la madrina, pero como si no lo fueras y sobras, te pongas donde te pongas, sobras.

Pasa el tiempo, te vas haciendo mayor, las enfermedades pueden contigo, la vida no se ha portado bien, pides ayuda porque no te puedes mover, necesitas poner una persona que te limpie, que te cambie las sábanas porque no puedes moverte, te dicen que "no"... cuando simplemente lo que les pides es poco más que una limosna, es lo que costaría una persona dos horas a la semana, porque para una hora no te viene nadie. Podrían pagarlo porque están bien situados, pero no quieren, vives en una casa en acogida y tus hijos te dicen que con la ayuda que te dan tienes suficiente, claro. se refieren a la ayuda del gobierno, no a la de ellos. Solo uno de los tres ayuda, pagándote el teléfono y algo más.

Tomas la decisión de terminar con todo lo que te une a ellos… es muy duro, pero es que no te queda otra solución, no quieres seguir sufriendo por personas que no lo merecen, no deseas que, cuando te vayas, estén a tu lado, porque si en vida no te han querido… Las buenas acciones hay que hacerlas cuando estás en vida, no después, así que... ¿para qué van a venir cuando te mueras si tienes que estar sola ante Dios y no necesitas a nadie más?

Simplemente, lo que necesitabas, repartido entre dos, era muy poquito, pero si lo que me han negado les sirve para hacerse ricos, que sigan así, aunque tarde o temprano se darán cuenta que lo mismo les puede pasar a ellos con sus hijos, castillos más altos se han venido abajo.

No creo que estos hijos echen en falta a su madre o padre, porque no se molestaban en ir a verles, si alguna vez iban era cada dos meses; los nietos no te quieren, porque como casi no te conocen no eres nadie para ellos, te contestan mal y ante esto no puedes hacer nada y te sientes impotente. Los niños son como esponjas, todo lo absorben y no se les olvida nada de lo que ven u oyen.

Sinceramente que pena da cuando ves y oyes todo esto, esas madres que les han entregado su vida y que han intentado hacerlo lo mejor posible, que se han arrastrado perdiendo su orgullo y su dignidad pidiendo por ellos, esas madres que han cambiado su vida totalmente, trabajando enfermas, quitándose vida para darles de comer, estudios y un buen futuro... y que a su vejez reciban un pago que no merecen...

Hay madres muy malas, rameras, sinvergüenzas y peores y sus hijos jamás les abandonan; yo, las envidio y pienso que el que abandona a una madre no tiene perdón.


Autora: Lina



                





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