No puedo olvidarte, no sé si... es odio... o, amor...
me dejaste unas profundas huellas que, aunque pase el tiempo, es imposible borrar, apenas lo abonaste, pero mi corazón, está lleno de ti.
La distancia, ha conseguido en ti el olvido, en mi, que las raíces sean más profundas.
Eres mi infierno, mi calvario, mi cielo y mi desesperación.
Quizá el odio me haga amarte, por rabia incontenida.
Me hace daño este amor no correspondido, a veces... pierdo la cordura, otras... eres mi remanso.
Pienso en ti noche y día... no sé como olvidarte... ¡dímelo!... ¡enséñame!
Al no escribirme, al no saber nada de ti, la rabia... la impotencia... el amor... el odio se acrecientan y no puedo conseguir lo que quiero, ¡dejar de amarte!
Nunca una amante quiso tanto tiempo, llevo años... muchos años haciéndolo, quizá me diste, en tan poco tiempo, tanto o... yo que me estaba hundiendo... muriendo... me agarré a ti, a tu compañía, a tu juventud alegre y... reviví.
¡Cuánto tiempo queriendo tu amistad! y tú... no admites la mía.