Hola papá, es el día del padre y yo quiero decirte, que al mío no lo conocí, pero no me importa lo más mínimo, tú fuiste, has sido y eres, mi padre, no pude tener otro mejor, el que me cuidó tanto de pequeña, el que me mimaba, el que me cuidó cuando tuve mis niños y el abuelo de mis hijos, a los que quisiste mas a nada en el mundo y ellos a ti, no eres mi padre ante la ley , pero si ante Dios, nadie podrá tomar tu sitio nunca, jamás te cambiaria por nadie.

Me dejaste cuando más te necesitaba, pero tengo que dar gracias a Dios, que al menos, no pasaste por todo lo que se nos vino encima, porque si no, no lo hubieras aguantado, no hubieras aguantado el verme destrozada y en segundo, por perder tu casa, la que tanto trabajo te costó tener, yo te pido perdón siempre por ello, jamás podré perdonármelo, yo sé, que tu de estar aquí me dirías, ¡qué vamos hacer hija!, las cosas son así, pero no papá, las cosas no tenían que haber sido así, si alguien llamado “hombre” no me la hubiera jugado… tu sabes, que me dejó en la más absoluta miseria, que pasé mucho, que desde entonces acarreo, enfermedades todas causadas por la desesperación tan grande de haberos decepcionado, de haberos dejado sin esa casa que me regalasteis, si, me costó años, poder pasar por delante de allí y cuando lo hice, os veía en la ventana mirando, yo, no puedo ver mi casa sí, porque era y será mi casa, cuando me marche de aquí, si se puede ir algún sitio, allí estaré disfrutando de lo que un personaje hizo que perdiera.

No pasa día, tú lo sabes, que no os pida perdón por aquello, no puedo perdonármelo, sé que no tengo la culpa, pero me siento culpable de todo, si de todo.

Cuando sueño, me despierto, y no sé donde estoy, porque mis sueños son todos allí, me arrancaron de mi casa, como se arranca una flor de repente, ese ser tan maligno, que tanto daño me hizo e hizo a sus hijos, estará bien sonriente, menos mal papá, que tu no viste en persona nada, ya te habías ido porque sino yo, no lo hubiera resistido, verte sufrir de esa forma, hubieras intentado engañarme pero, nos conocíamos muy bien, para poder engañarnos.

Tengo que pedirte perdón porque nuevamente me equivoqué, cometí un fallo muy grande, permitir que te llevara en tu lecho en sus hombros, cosa que tu, no quisiste despedirte de él, por todo el mal, que nos había causado a sus hijos y a mí, pero yo pensé, mi padre se que le perdonará y no le importará que le lleve, que tonta fui, si tu, con el hombre tan cabal, tan honesto, tan servicial, tan bueno con todos, no quisiste nada con él cuando pidió permiso para despedirse, quizá para pedirte perdón, por todo lo que te hizo a ti también, porque todos pasamos con ese ser tan cruel, ¿por qué tuve que permitir que te llevará?, no se papá, no sé, pensé que tu le habrías perdonado y consentí en que te llevara a tu última morada, lo siento, lo siento infinitamente, perdóname, yo se que si lo has hecho, porque con todo lo que te hice, siempre me perdonabas, por muy fuerte, siempre lo hacías, sé que era, que fui tu niña bonita y estando en el más allá, sigo siéndolo.

Cuando me acuesto noto como algunas veces vienes y me ves llorar, noto como me pasas la mano por mi cabeza y me calmas, yo papá, te necesito tanto… tanto.

Cuando me tengo que levantar por la mañana pronto, sé que me vas a despertar, si claro que lo sé, te digo, papá despiértame a tal hora y como hacías, siempre me despertabas antes y así sigues y se, que eres tú, no, no estoy loca ni mucho menos, se que alguno que lea esto dirá, está de la cabeza como una chota (esta palabra es tuya) pero no lo estoy, lo que pasa es que cuando os tenemos, no nos damos cuenta de lo que tenemos, es a medida que nos vamos haciendo mayores, os necesitamos más, será verdad eso de que dicen que se vuelve a la niñez.

Me acuerdo de tantas, de tantas cosas, que estaría todo el día y noche escribiendo, pero tú sabes todo, porque estando por ahí, os enteráis de todo.

Se, que no lo tienes que estar pasando bien, porque mi salud no anda bien y mis hijos no son mis niños de antes, pero, qué vamos hacer papá, la vida cambia, solo te pido, que los cuides, que los cuides como cuando eran pequeños, que los adorabas y ellos a ti.

Te quiero tanto… tanto y te necesito más, que no sé como decírtelo. No me abandones papá y en el día, que tenga que marcharme, ven a buscarme, que iré de tu mano, como cuando era pequeña.

      Tu hija, que te sigue adorando, por siempre,

      Lina

                   




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