Esa niña que tuve un día en mis brazos, a la que quise, adoré, fue como una nieta para mí, era un regalo de Dios, me daba cariño, felicidad, esa niña a la que me obligaron a dejar de ver cuando tenía cuatro años, castigo por dejar que viera a su padre, ya es mayor, han pasado quince años y la he vuelto a ver ¡¡qué distinta está y es!!, era dulce, amable, cariñosa ahora es, déspota, arisca, insoportable, ¡sí! ha sufrido y hecho sufrir a las personas que la querían, ¿motivo? no tengo ni idea, pero según dicen, no iba por buen camino, se ha reformado, pero… le queda bastante por andar, ya es mayor, en la vida no viene nadie a darte nada, hay que estudiar, buscarse un porvenir, trabajar en lo que sea, buscarse la vida, no siempre van a estar ahí las personas que la quieren.

He intentado acercarme a ella, sí, la vi un momento y me di cuenta que no era la misma, sé que al crecer cambiamos, claro que sí, nos hacemos distintas, con personalidad propia pero la de ella, no me gusta, quizá ese día, fue porque la acompañaba un chico y estaba más pendiente de él que de otra cosa, pero no, he intentado varias veces quedar para comer, verla, hablar, pero siempre me esquivaba hasta que le ha salido lo que lleva dentro diciendo: "yo, no soy la de antes, no siento nada", sí, me dolió pero lo comprendí, era normal que no sintiera nada, no habíamos tenido contacto durante años, sin embargo, le mandé fotografías que yo tenía de cuando era pequeña y se acordaba de esos momentos vividos, no he conseguido hablar más, adentrarme en ella, que se abriera contándome su motivo de rabia al mundo, los chicos, los chicos la traen loca, ¡qué pena!, ni estudia, ni lee, ni trabaja, ni se quiere a si misma ni a nadie ¿qué será de ella? yo, sinceramente corté, no me conviene más dolor, bastante tengo con lo mío como para cargar en mi mochila lo de otra persona más, llevo mucho y ella me dejó helada, herida, no quiere saber nada, es fría, hace daño al hablar, es desconfiada con las personas que la quieren, no con las que le pueden hacer daño.

Pienso y Dios quiera me equivoque, si no cambia, va a ser una desgraciada, sin trabajo, sin estudios ni intención de nada, solo chicos ¡es joven!, sí, por supuesto, pero eso no le da motivos de ser así, tan cruel.

La llevaré siempre en mi corazón y en mi recuerdo, he estado quince años esperando para poder verla, jamás dejé de tener la esperanza de abrazarla pero, la niña se ha hecho mujer y no se deja querer, aunque de por vida, lo seguiré haciendo.

Le deseo toda la suerte del mundo porque la va a necesitar y le aconsejo que cambie, está a tiempo porque el tiempo pasa y, cuando te quieres dar cuenta, ya tienes hijos, y no sabes para donde tirar, estudia corazón y si no, trabaja cuidando niños o, en lo que sea, los hombres vienen solos, no te crees mala fama porque estos se cuentan las cosas unos a otros y vas de mano en mano como la falsa moneda, que al final, nadie la quiere ni se la queda.

Mucha suerte mi niña.

Autora: Lina






                








Para "El Rincón de Lina", Diciembre-2019

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